De corredores por Peñalara
Y por fin sonó el Black album de Metallica en los altavoces del coche como manda la tradición, he vuelto.
Parece mentira pero ya hace casi un año de la última vez que pasé por Peñalara con fatídicos resultados, y más de uno desde que me rompí la rodilla en aquella maldita salida en Sierra Nevada. Escalofriante lo rápido que se deja atrás un año.
Para volver a la acción, viendo que la rehabilitación médica apenas me hizo nada por causas que bien podrían tildarse de negligencias, opté por la vía de la autorehabilitación. Me hice con un electroestimulador (que no vendría mal dedicarle una entrada a esta clase de aparatos por si alguien se encuentra en una situación similar), crioterapia con gel frio una o dos veces al día todos los días, estirando y haciendo ejercicios suaves de forma regular para estimular los músculos de la articulación, y yendo al polideportivo a nadar siempre que podía.
Tras dos o tres meses manteniendo esta pseudoterapia he conseguido llegar a un punto en el que un ejercicio intenso no me duele y me noto fuerte, y como ya iba siendo hora de ver un poco de nieve más allá del monitor, tocaba medirse en la montaña para ver como rindo a la hora de la verdad. Viendo que Meteoexploration -que del Aemet ya no me fio- me da un buen parte meteorológico y sabiendo que solo dispongo de un día y por lo tanto, no puedo ir a Gredos, opto por un paseíto por Peñalara.
Como tristemente viene siendo habitual, aunque quiero levantarme a las siete me pego a las sabanas y aterrizo en Cotos a las 10:30, un error que pagó caro al invertir una hora en buscar sitio donde aparcar, para terminar dejando el coche con calzador de mala manera. Además, aunque con esta ya van cinco veces que voy a Peñalara, nunca había ido en coche ni había visto semejante afluencia de domingueros. Supongo que es una consecuencia directa de combinar una montaña fácil, cercana y tener buen tiempo, nada que ver con ir un Martes a las siete de la tarde.
Querría haber hecho alguna foto del parking, pero con el ambiente que había se me quitaron las ganas y opté por cambiarme rapidito y salir cuanto antes de aquel entorno tan agobiante. Cuando llego al mirador de la gitana me vienen cómicos recuerdos de aquella noche infernal con los vientos catabáticos de Peñalara, menuda odisea. Continuo esquivando gente que se para en medio de la senda para hacer fotos entorpeciendo el paso de los demás caminantes, y por fin llego a la caseta del guardia que hay junto a la laguna grande, parece que el ritmo en llano lo mantengo igual de bien, pero cuesta arriba me he oxidado un poco.
Mi intención como la mayoría de las veces que he ido, era hacer la ruta circular que va desde la laguna grande a la laguna de los pájaros, sube por los claveles hasta el Peñalara, y continua por dos hermanas hasta bajar a Cotos, pero viendo que está la cosa cargadita de nieve me está llamando más la atención irme por los corredores aunque hubiera que improvisar un poco.
Al final, como bien decía Oscar Wilde "la mejor manera de librarse de la tentación es caer en ella", y trazo una rutilla interesante uniendo todos los corredores que veo más inclinados para darle más emoción.
Empezamos por el primero de ellos, que además la nieve está bastante bien y no parece tener ninguna complicación.
Cuando empiezo a subir, me doy cuenta de que la nieve quizás no estaba todo lo bien que parecía ya que había una capa fofa de unos 20cm hasta que llegaba a otra más dura, pero tampoco es algo grave. Enseguida cojo a un grupo que llevaba delante y yo me entretengo haciendo fotos.
Sacar el trípode, estabilizarlo y posar con esa pendiente resultaba un tanto complicado, y seguramente resultara otro tanto cómico para los que me veían. Además, como iba con el mochilón de 60L que no destaca precisamente por ser poco voluminoso y fácil de comprimir (que me robaron el de 30L y aún no me he comprado otro) mis movimientos eran un poco más torpes. Pese a todo creo que logré hacer alguna que otra foto interesante mientras remataba de cabeza o paraba de pecho los restos de nieve dura que me llovían desde arriba, ya se sabe que pasa cuando dejas el casco en casa.
Cuando literalmente piso los talones a los de delante y tras un ameno intercambio de palabras, resulta que tres de ellos pertenecen al club de montaña Candas, siendo Mario uno de los veteranos del club que va acompañando a los otros dos. Mario además de hacerme alguna foto chula, me ofrece apuntarme a su club que además necesitan gente joven. No es mala oferta, la meditaré y quizás me apunte.
Y poco a poco llegamos a la salida de este primer corredor, y viendo que ellos optan por uno más sencillito, como buen machaca yo escojo el más empinado que vi que si no me complico la vida no disfruto tanto.
Mientras voy cruzando la gran pala de nieve voy un poco tenso recordando los carteles que advierten del riesgo de aludes, y tras percibir que en determinadas zonas de la pala al pisar cruje y vibra un poco el suelo me ando con extremo cuidado. Mi intuición me decía que si hubiera bajado un esquiador o se hubiera puesto a saltar alguien en esta zona se habría desatado algún alud de placa, pero mejor equivocarse o no comprobarlo.
Al llegar a las zonas sombrías donde se iniciaba el corredor, la nieve estaba mucho más firme –y menos mal-, ya solo queda tirar para arriba. Aquí me fue imposible sacar el trípode y hacer fotos, o incluso hacérmelas a mi mismo estirando el brazo, necesitaba las dos manos y los dos pies bien anclados porque la pendiente en algunos puntos creo que fácilmente podría llegar o sobrepasar por poco los 70º, y voy con un solo piolet... se acabo su uso como bastón para hacerlo en tracción.
Disfruté bastante este corredor hasta que llegue a un punto de nieve blanda en la que había que excavar un poco con el piolet para clavarlo en la nieve dura, y viendo encima de mí un surco fino y recto en la nieve de una posible autodetención estaba con todos los sentidos en alerta. A mi me daba la impresión de que autodetenerse aquí con esta nieve tan blanda y con tanta pendiente estaba un poco difícil.
Conforme avanzo, llego a un pequeño tramo con hielo y me cuesta hincar los crampones y el piolet, menudo yuyu, pero no se que asusta más si eso o lo que me está lloviendo de la cordada que llevo delante. Ya estaba yo preocupado por si tiraban alguna piedra, pero por suerte eran considerados y avisaban cuando veían caer algo.
Y poco a poco llego a una estrecha repisa más o menos horizontal y aprovecho para hacer fotos.
Cuando finalmente alcanzo a la cordada, que iban más lentos que yo por ir asegurándose y metiendo anclajes, charlo un rato con ellos y me busco otro corredor libre y preferiblemente sin hielo. Encuentro uno que me seduce y al llegar arriba me vuelvo a encontrar con Mario y sus compañeros, que muy amablemente me vuelve a hacer una foto y me cuenta que ellos se bajan ya al valle. Nos despedimos y yo como acabo de llegar me voy al Peñalara que tengo muchas ganas de hacer la cresta de Claveles.
De aquí solo me queda un paseo por nieve dura a través de un paisaje lleno de curiosas y punzantes figuras de hielo y nieve creadas por el viento, mientras iba pensando en lo mucho que he disfrutado haciendo los corredores, las ganas que le tengo a la norte del Mulhacén, el sueño de visitar las cumbres de los Alpes... y por encima de todo el subidón que brinda el saber que tu lesión aparentemente ha pasado a mejor vida y vuelves a estar activo.
Entre pitos y flautas acabo llegando al Peñalara, aunque me he sentido bastante viejuno mientras subía la pendiente que hay hasta él. O he perdido aclimatación a la altitud o resistencia al ejercicio aeróbico, o ambas cosas, pero me da lo mismo porque tengo una sonrisa de oreja a oreja que casi parezco una caricatura.
Tras la correspondiente foto de rigor y el correspondiente banquete a base de helados de bocadillos y frutos secos, a los claveles que voy. Sin embargo, hay una nube puñetera que se acerca a lo lejos sin prisa pero sin pausa y hace que tenga la mosca detrás de la oreja, pero como tengo ascendencia aragonesa aunque sea de Madrid, la terquedad la llevo en la sangre y una nubecita no me va hacer dar marcha atrás.
Cuando llego al cartel de madera que señala el tiempo al puerto de neveros, la nube de marras me alcanza y otra vez me veo envuelto en un manto de niebla -que recuerdos-. Aunque apenas se distingue el suelo del cielo por el White Out, no hace un viento huracanado ni mucho frio, así que no me importa demasiado.
Encuentra las diferencias:
Con cuidadito y asegurando bien donde piso, termino la arista de Claveles que nunca la había hecho en invierno, y trato de encontrar la cuesta que baja a la laguna de los pájaros. Y digo trato porque no la encontraba, aunque esta vez aprendí la lección y siendo precavido me llevé una manta térmica y una funda de vivac por si pasara lo peor, aunque viendo como estaba el panorama no parecía que me fueran a hacer ninguna falta.
Pensando que igual podía acabar en la granja de San Ildefonso si seguía en línea recta, y que se me estaba haciendo muy larga la arista, opte por hacer como hice en Abril y me puse a rastrear unas huellas recientes. Encontré un rastro y lo seguí sin tener ni la más remota idea de a donde me llevaba, pero como las huellas bajaban seguramente sería de alguien regresando a Cotos. También pensaba en lo cómico que sería seguir unas huellas que hacen un ocho o un circulo hechas por alguien con un peculiar sentido del humor, aunque no era el caso.
Y así no sé muy bien por donde llegué a una zona más o menos llana, señal de que la cosa iba bien. Así que nada mejor como sacar la cámara para inmortalizar el “bello" paisaje (y de paso comer algo). A ver quién es capaz de distinguir el cielo del suelo.
Y maldiciendo en todas los idiomas que sé la maldita niebla que me impide fichar otros corredores sugerentes de esta zona para hacerlos otro día, continuo con un paisaje bastante monótono por su monocromía, hasta que ya por cinco lagunas decide irse a acosar a otro que le brinde más entretenimiento. Aunque en esta zona no veo ningún corredor que me guste, si puedo ver alguna pequeña cascada de hielo, y como no tengo ninguna prisa compruebo que tal agarran los crampones y el piolet en hielo puro –y respirando aliviado por saber que no tengo que escalar en esas condiciones-. Tras pasar un ratito haciendo el tonto y poniendo en práctica algo de teoría sobre la incidencia de la punta del piolet, formas de pegada y resistencia del hielo, continuo avanzando sin menor dificultad hasta el circo.
Es una verdadera lástima que las nubes me tapen el sol y no me dejen ver como se pone entre las cumbres, pero al menos si puedo ver los colores del atardecer en el cielo mientras contemplo el circo. Que rabia me da no poder quedarme a dormir por aquí y más aún tener que volver a la civilización, pero hay que saber ponerle fin a una actividad.
En el poco tramo que me quedaba hasta Cotos seguía con mis ensoñaciones y reflexiones, ¿Qué se les pasaría por la cabeza mientras ascendían Ueli Steck los Grandes Jorases y Bonatti el pilar suroeste del Dru? ¿Podré algún día hacer algo parecido? ¿Encontraré alguna vez a uno o varios buenos compañeros de cordada que tengan las mismas aspiraciones que yo e igual o superior nivel?... y con estas preguntas y otras tantas que solo el tiempo responderá, me alejaba de la montaña recordando una salida corta pero intensa -y unas señoras agujetas-, que se une al ranking de las que más he disfrutado y que ya me hace estar impaciente por regresar. Solo queda introducir la llave y hacer contacto, hoy para volver, algún fin de semana de Marzo para hacer la norte del rey moro.
4 comentarios:
me alegro por ti...yo estoy jodido con la tibia tars una rotura interna de los "no se que del hueso". Vamos roto por dentro y entero por fuera.
tengo unos links de "la montaña desnuda de werner herzog (meissner) en la subida la Gasherbrum I y II del tiron. meisnner...subtitulada claro. Si eso dime y te la paso para que la subas.
Salud
Puf, pues mucha suerte y muchos animos, que se suelde pronto.
Ese docu ya lo conozco, pero al igual que otros tantos (Everest Imax, La llamada del silencio, Nordwand...) por estar en versión original subtitulada no los he colgado. Prefiero que estén 100% en español, aunque claro, si hay demanda habrá que cambiar la política de idiomas.
Gracias de todas formas, y mejorate!
Me alegro de que hayas vuelto. No sabía que estabas recuperándote de una lesión, pero por lo que veo lo has hecho muy bien :-)
Oye, ese Evo va de muerte ¿no? y qué decir de esos G12 automáticos... muy buen material te gastas... yo a tu edad ni podía soñar con él.
Es una pena que nos separe tanta distancia, creo que disfrutaría acompañando en alguna de sus salidas a un lobo solitario ;-)
Muy buenas Eskorpio.
Pues a ver si es verdad y finalmente estoy bien, aún noto ligeras molestias pero parece que el "alta" definitiva está cerca.
El EVO de grivel va bastante bien, aunque para hielo duro cuesta un poco clavarlo por la forma de la hoja (vendría mejor una tipo banana), y el otro EVO (las botas de La Sportiva) van como un tiro aunque me parecen un pelín frías. Los G12 también van de perlas aunque con estas botas bailan un poco porque la parte de delante es muy ancha y la bota bastante fina. Ando buscando un sistema que los sujete mejor, pero pasa por cambiar la sujección delantera de este. Y bueno, no se cuantos años me llevas, pero para tener este material he ahorrado durante bastante tiempo, vendido muchas cosas y aprovechado de descuentos por federado o compras por internet que con el cambio de divisa te ahorras un dinerillo (además de que cuando veo algo de dinero en el bolsillo me lo dejo en material).
PD: No tendría inconveniente alguno en ir por ahí con buena compañia.
Chao!
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