miércoles, 29 de abril de 2009

Nueva sección, material de montaña

Me decido a abrir esta sección dentro de mi humilde blog para comentar acerca de la historia, novedades y tendencias en el mercado del material de montaña, y también de paso publicar diversas guías para orientar a los indecisos que aun no tienen muy claro que equipo adquirir.

Aclaro que en absoluto me considero un experto, ni me subvenciona ninguna marca, ni busco hacer publicidad ni nada que se le parezca. Es simplemente mi opinión en base a llevar cierto tiempo en este mundillo y haber probado unas cuantas cosas.

Quizás te pueda interesar también la sección de Reviews de material, donde comentaré acerca del equipo que he probado o uso actualmente con el fin de añadir más información a los interesados en esos objetos.

Espero que os guste a los interesados.

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Contratiempo en Peñalara

Parece ser que la suerte últimamente no me acompaña demasiado.

Cuando me sentí por fin en condiciones tras la gripe o faringitis que tuve, tal eran mis ganas que no podía esperar un día más, y al fin pude coger todos los bártulos y lanzarme a la aventura.

El objetivo: una marcha nocturna en Peñalara llegando hasta el lago de los pájaros, y hacer el cresterío al día siguiente completando la integral, y una vez concluida invertir unas horas en ensayar auto detención con el piolet. Todo en solitario.

Empiezan las pegas, el funicular de la línea C-9 que me lleva a cotos está cerrado por obras hasta Junio, Renfe sin embargo, para suplirlo ha facilitado una línea de autobús desde Los molinos a Cotos. Como solo hay tres autobuses en todo el día, el último tren compatible con los horarios de autobuses y el que mejor me viene sale a las 15:16. Pese a todo, lo pierdo por los pelos...

Continúan las pegas, ¿Ahora qué hago? otra cosa a saber, pero desde luego terco un rato soy. Me pongo a buscar alternativas para poder ir, y me encuentro con la línea 691 de autobús que sale del intercambiador de Moncloa. Fabuloso, parece que no se tiene porque posponer.

Así que a las 16:30 me planto en Moncloa para coger el autobús de las 16:55, cargado de ilusión por poder reencontrarme con la naturaleza después de 4 meses, y reflexionar un poco en soledad.

Desembarco a las 18:30 en Cotos. Que recuerdos de otras veces, con esta ya son cuatro... pero mis pensamientos se ven interrumpidos por un viento puñetero como el solo que me hace volar un guante y que salga detrás a por él, sin duda era el preludio de lo que se avecinaba.


El puerto de cotos, y entrada al parque de peñalara


Como me noto un poco inseguro después de tanto tiempo parado, me tomo mi tiempo en calentar debidamente y equiparme en condiciones, antes de empezar a andar.


Listo para la acción con el traje de gala


El cartel informativo de la entrada del parque me recibe recordándome que hay riesgo de aludes y que es zona de alta montaña donde el uso de piolet y crampón es obligatorio. Nada nuevo. Me resulta más valiosa la información del Aemet, antiguo instituto nacional de meteorología que pronostica vientos de 38km/h y temperaturas de -5ºC con sensación térmica de -11ºC en cotas de 3000m, con un cielo parcialmente nublado y niebla leve en cotas bajas. Unas condiciones de lo mas invernales sin duda.

Continúo andando y llego a la primera fuente, donde echo un copioso trago, y recargo la botella. Al lado, está el mirador de la gitana, donde se puede ver el majestuoso Cabeza de hierro totalmente nevado. Algún día tengo que ir a verlo.


Inicio del PR4 que lleva a la laguna grande


Mientras disfruto de las vistas, parece que hay un visitante dispuesto a saludarme. Se acerca un rumiante a pastar alegremente, ajeno a mí. Cuando intento hacer una foto al ciervo, este receloso decide que prefiere más intimidad y se larga en cuatro brincos. Que chulada, aunque me ha dejado sin una buena foto jeje.


Camino de la laguna grande


Continuo andando tomando el PR4, y entre las ganas y la energía, me planto en un santiamén a los pies de la laguna grande, donde un guardia del parque me saluda a lo lejos, que majo. Yo me quedo desde el puente contemplando las cornisas, sin duda están muy cargaditas, y aunque tiente mucho a subir por cualquier canal, las condiciones no son las más idóneas y la nieve está muy blanda. Tiempo habrá.

Con un pie delante y otro detrás a buen ritmo, llego a los llanos. Donde se empieza a ver un hermoso paisaje invernal todo cubierto por un manto blanco. Nunca lo había visto así, es una pasada.

Voy dejando un rastro de huellas que al mirar atrás se reflejan con la luz de mi frontal, tiene un aire fantasmagórico por saber que estoy completamente solo en medio de la montaña, un martes a las 22:00 aproximadamente. Pese a todo, es francamente hermoso, pena de fotos la verdad, pero mi cámara no rinde bien en exposiciones muy altas y el viento que soplaba iba a tirar el trípode, así que no hay fotos nocturnas desgraciadamente.

Continúo hasta la laguna de los pájaros caminando por la nieve, que está en tramos muy fofa hundiéndome hasta la mitad de la espinilla, y en otros crujiente por una fina capa de hielo o verglás.

Al salvar una pequeña colina sopla un viento fuerte, deben de ser esos los 38km/h que dijo el Aemet, pensaba. Y a ras de la nieve como unas olas de polvo blanco dibujaban unas formas espectaculares, que acompañado del crujido del hielo de mis pasos me hacían recordar a Shackelton y Scott en sus aventuras Antárticas, y porque no, a Jesús Calleja en el Himalaya jaja.

Cuando llego a la laguna de los pájaros, el viento sopla aun más fuerte, pese a todo, necesito un descanso, he forzado la maquina y estoy un poco deshidratado, y no me he llevado nada a la boca desde la hora de comer. Así que con mucho cuidado porque si no sale volando, monto la tienda. En una de estas idas y venidas de la tienda al macuto, el viento literalmente me tira al suelo. Es como si un guante de boxeo invisible me diera un buen revés, no pinta nada bien. El plan de las crestas para mañana queda abortado Sine Die por ser un suicidio, si un viento de este porte es capaz de tirarte en un llano, en un paso aéreo caes y abres una nueva boca de metro al despeñarte. Perspectiva que no me satisface mucho la verdad.

Cada vez sopla más fuerte y la tienda se deforma que da gusto, es tipo túnel y no auto portante. Así que resistirá aun peor los embistes del viento, que patente queda cuando me meto dentro y la cosa se menea más que una batidora. Si los vientos del Aconcagua son todavía más fuertes, por mucha tienda de expedición que tengas se te tienen que poner de corbata. Así que previniendo males mayores y ahorrándome una noche en vela, decido que debo trasladar la tienda muy a mi pesar. Malcomo lo primero que me encuentro en el macuto, bebo que falta me hace, y haciendo un buen acopio de fuerza de voluntad que da mucha pereza salir, me pongo a la faena.

Como no puedo plegar la tienda y guardarla en su funda por el viento endemoniado, me la llevo hecha una pelota en la mano. Cuando voy a guardar las piquetas, veo que la que sujetaba uno de los vientos se doblo por la fuerza del viento, alucinante como debió de soplar, o que birria de piqueta.

Busco la colina donde había calma, pero no la encuentro. La noche es más cerrada, y empieza a haber neblina, por lo menos he encontrado un sitio donde sopla menos, y puedo probar a ver qué tal quedaría la tienda, pero la nieve está muy mal y las piquetas no se clavan. Por lo menos puedo mal guardar la tienda para usar los bastones para caminar mejor sobre la nieve. Y es hora de tomar otra decisión, buscar un sitio parcialmente plano y con césped en los llanos, o directamente dirigirme al Zabala.

Pero la neblina pasa a ser niebla y la visibilidad se reduce a unos 15m, pienso "podría ser peor", y la naturaleza me escucho y se aplico el cuento. Niebla más espesa, visión a 10m aproximadamente. Yo en mis trece insisto, "podría ser peor" y la visibilidad se reduce a 5m, y finalmente apenas veo más allá de mi zancada. Perfecto...

Con más tedio que angustia, que son cosas que pasan y hay que aguantarse, sigo el rastro que han dejado mis huellas en la nieve a la ida, para volver. El problema era en las partes en las que había rocas o agua, que hasta que encontraba el rastro tardaba un ratito, pero nada del otro mundo. Y así buscando los próximos "checkpoint" iba tarareando mentalmente unas cancioncillas para animarme e imaginándome a más de un colega mío en una situación parecida como aguantarían, que malo jeje. Desde luego bendito plumas, ande yo caliente, que sople y que nieve que me da igual.

Cuando se acaban los neveros el siguiente "checkpoint" es un túmulo de piedras con una pequeña columna, que indica el camino. Pese a que el nevero acaba a pocos metros de él, no lo veo. Ahora sí que me empiezo a poner nervioso. Después de una media hora buscando en círculos por fin doy con él, y respiro tranquilo. Continuo la senda parándome de vez en cuando a analizar concienzudamente las bifurcaciones del camino porque no hay huellas, y hay que decidir bien para coger la verdadera. Pero parece que lo hago bien porque de nuevo estoy cerca de la laguna grande, en el puente de madera que cruza el arroyo Peñalara.

Ahora viene lo difícil, con visibilidad completa, el refugio se ve y está en línea recta desde donde me ubico, a unos 400m. Pero encontrarlo en estas condiciones no va a ser nada fácil. Pese a ello, no me rindo e intento buscarlo. Encuentro unas escaleras que dan la impresión de ser un camino, aunque no tenía ni idea a donde conducía, continué.

Las referencias en esta zona son peores porque es todo bastante llano, y no es una zona que tenga tan explorada como la de los lagos. Por un momento la niebla se va por completo, y rápidamente intento echar un vistazo apagando el frontal. Pero tengo las pupilas un poco contraídas por su luz y para cuando se han dilatado y puedo ver en la oscuridad, veo como una masa opaca de niebla se dirige de frente hacia mí. Daba autentico miedo, recordaba a la escena de la película de "la momia" cuando Imhotep crea un muro de arena para derribar la avioneta, solo faltaba que unas mandíbulas de niebla te engulleran. Y para cuando lo hizo, todo estuvo gris. Nunca he estado en una situación similar, parecía flotar en la nada, desconcertaba mucho y te hacía perder el equilibro al no poder visualizar ninguna referencia, ni siquiera el suelo. Conozco el White out, ¿Pero esto qué es? ¿Grey out?.

Me quede quieto esperando a que despejara, intentando mientras plantar la tienda ahí mismo, pero el viento soplaba aun muy fuerte como para que aguantara en condiciones. Y por pararme, la humedad de la niebla afectaba a mi plumas y me estaba quedando helado, lo que me faltaba.

Así que saque la brújula, y tratando de mantener mi rumbo en línea recta mirar hacia mi derecha, a ver si encontraba el refugio. Encontré algo que también me alegro, unas balizas. A modo de portería, dos estacas clavadas en el suelo indicaban el camino a seguir, ya es algo. Así que seguí por ellos, hasta que me realmente vi que no me conducía a nada y que no iba a encontrar el refugio. De nuevo, con la mente lo más fría posible, hay que tomar otra decisión y debe ser acertada para no pasar una noche al raso, ¿Tratar de encontrar el Zabala? ¿O caminar hasta la entrada del parque y refugiarse en el cobertizo del mirador?. Como veía imposible encontrar el Zabala, iba a tocar dar la vuelta y seguir caminando hasta el mirador. No me resultaba nada tentador porque llevaba ya mis dos horitas andando, y ya serían sobre las 12:30. Así que media vuelta por donde vine tratando de buscar las balizas.

Era curioso, porque el frontal rebotaba en la niebla y proyectaba ante mí una pantalla blanca que me cegaba, veía más si apuntaba hacia el cielo, o lo apagaba. Y de esta forma pese a que conté los pasos que había entre baliza y baliza, hubo una que no encontraba. Y ahí si que me angustié de verdad. Pensaba en como podría pasar la noche con este viento y esta humedad, si con el plumas y encima la chaqueta de gore tex, si con las botas o los patucos de pluma, con las mallas gordas debajo del pantalón cortavientos... y también pensaba en que me hacía falta algo de apoyo moral ahora que mis fuerzas flaqueaban un poco. Las palabras se quedan cortas para describir lo que se te pasa por la cabeza en estos momentos, pero desde luego echaba de menos un abrazo o dos de gente que ha significado mucho para mí, aunque ya se haya perdido el contacto...

Di unas cuantas vueltas realizando cuadrados que se van cerrando cada vez más para rastrear, y dejando un bastón clavado para tener una referencia por si me alejaba. No sé cuánto tiempo estuve dando vueltas, a ver quién era el machote que se quitaba el guante y se remangaba para ver la hora. Solo puedo decir que se me hizo eterno, pero por lo menos encontré la baliza. Estaba al lado mía, y no la había visto. Increíble.

A partir de ahí fui viendo todas una detrás de otra sin problemas, hasta volver a la caseta del guardia junto al puente, menos mal. De ahí tomar el PR4 hasta el mirador, y por fin, descansar. El camino lo tome como si no hubiera mañana, y a toda velocidad llegue al mirador de la gitana. Poco me falto para dar saltos de alegría, pero la sonrisa que esboce creo que pocas veces la he podido poner en mi vida. Había llegado al Valhalla.

Estaba exhausto, eran las 1:30 AM y solo había comido unas gominolas, unos cacahuetes y una barrita de cereales desde las 22:00, luchando contra un viento más pertinaz que una mosca cojonera, y con una niebla que me cegaba. Estaba empapado entre la humedad y mi sudor, y solo quería recibir el descanso del guerrero.
Una vez montada la tienda, ni si quiera me moleste en cenar, solo media botella de agua y a cerrar los ojos. Estaba tan cansado que no me iba a poner a sacar el hornillo a estas alturas de curso.


Al fin en la tienda a salvo del viento


Mientras me venía el sueño, reflexionaba acerca de este "hobby/deporte/forma de vida". Esto ha sido un pequeño susto, pero pudo ser mucho peor. Debo de ser más prudente, y tener en cuenta más la meteorología (aunque sin duda el Aemet se quedo muy corto con las predicciones, que de saberlo lógicamente no venía). Y dándole vueltas a mi reencuentro tan exitoso después de 4 meses recluido en la ciudad. Ahora sentado frente al monitor, caliente y limpito, pienso que es una nueva experiencia de la que sacar mucho partido para aprender. Pero en el momento estaba bastante desmoronado y me sentía muy solo. Cosa que en mis otras excursiones en solitario no me ha pasado jamás.

Pase mucho frio por la humedad, mi saco estaba empapado, y gracias a meterme con el plumas puesto conseguí mal dormir unas horas. Fui despertado por un agente del parque diciéndome que estaba prohibido acampar, cosa que ya sabía, pero me importaba un bledo (como si me multan, me compenso haber encontrado refugio). Y me gratifico mucho oír una voz humana, estaba encantado de volver a la civilización.

Así que viendo que se portaron conmigo, y no fueron muy pesados con el tema de la tienda. La desmonte rápidamente y me puse a desayunar. Qué bien entró, pero se me gasto el gas (es lo que pasa por no cambiar el bidón de tu anterior excursión). Así que como la comida iba a ser difícil de engullir sin cocinarla, me tenía que dar prisita para coger el autobús en vez de esperar pacientemente hasta las 17:00 que era en principio el que iba a coger.


Desanimado por la niebla


Así que raudo y veloz me fui al apeadero en la entrada del parque, donde espere, y espere, y seguí esperando... hasta que se me ocurrió hacer auto stop para bajar a Navacerrada (sin mucho éxito) cuando por fin apareció el autobús de Renfe a las 13:00. Me dieron mal el horario los de Renfe, no me esperaba que viniera a esa hora, y aunque no era la línea 691, no me lo pensé dos veces el evitar esperar hasta las 17:00.

Y así concluyó mi expedición al Peñalara, que pese a ser pequeñín con sus apenas 2500m, cuando se cabrea tiene muy mala leche. Lástima que el reportaje fotográfico no se haya podido hacer (pero así al menos ya tengo otro motivo más para volver).

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martes, 21 de abril de 2009

La diosa fortuna es una verdadera furcia

Bueno, no he muerto pero si he estado muy parado.

Al final no fue un esguince de rodilla, si no una fractura en la meseta tibial. Con la consecuencia de estar desde el último post hasta el próximo martes 21 de abril de rehabilitación (que viene a ser mañana). Han sido cuatro tediosos meses que me han hecho tirar muchísimos planes que tenia en mente, y perder toda la temporada invernal...

Cuando me dijeron que iba para largo se me vino un poco el mundo encima. Adiós a mi entrenamiento en condiciones invernales serias para ir al Mont Blanc o Cervino, aprovechar para zanjar asuntos pendientes en pirineos y picos de Europa, e incluso también irme dos o tres meses al extranjero a trabajar y mejorar el inglés.

Al final nada de nada. Vaya año sabático por cambio de carrera mas bien aprovechado...

Además, como fue a finales de diciembre, coincidió con nochevieja, que la pasé en casa muerto del asco con muletas cuando ya tenía mis planes hechos.

No he escrito nada debido a que tampoco me ha sucedido gran cosa, y porque tampoco tengo muchos lectores, de hecho creo que escribo para mí solo, pero bueno.
Las únicas excepciones fueron que me compre una guitarra nueva, una Bc Rich de cuerpo warlock que estoy encantado con ella (aunque la tuve que devolver porque estaba defectuosa y comprarla en otro sitio), y que a finales de enero me fui de viaje a Yemen. (Otro día hablaré de este breve pero intenso viaje porque da para mucho escribir).

Ahora que iba a terminar la rehabilitación y todo volvería a la normalidad, el plan era ponerme a trabajar dos o tres meses echando CV a lo largo de esta semana, y en caso de poderse, aprovechar en el verano para hacer algún viajecito por Europa o para mejorar idiomas.

En lo montañés (que también es muy importante) ya tenía planes para irme el miércoles 22 (dia siguiente a cuando termino rehabilitación) para irme en una nocturna a Peñalara, y probar el nuevo juguete que me he comprado, una Ferrino Light tent 1 que es una pequeña maravilla. El fin de semana para irme a Mulhacén, a terminar la integral por las crestas de Gredos que la dejé a medias, o a hacer una sima en Soria, pero de nuevo...

Parece que no va a poder ser

Como ocurrió hace muchos meses ya, (y casualmente cuando quería ir a pirineos y ya lo tenía todo pensado, planeado y listo para salir al día siguiente), me entro una faringitis ciclópea que me dejo tirado en la cama hecho una completa gelatina con 39º de fiebre, lógicamente dando al traste mis planes. Y de nuevo parece ser, que aquí el Sr. Nietzsche y los Mayas estaban en lo cierto y el tiempo es cíclico. Porque el lunes me dolía la garganta un poco, hoy martes me duele la garganta una burrada, acompañadas de unas desagradables flemas y con una pre-fiebre de 37.5ºC, para que mañana muy seguramente vaya a peor. Así que mis planes de irme a Peñalara mañana y probablemente los del fin de semana se van otra vez, a tomar por culo de la mano del Señor, recién terminada la rehabilitación. Parece que algo o alguien me impide a todas horas conseguir mis planes desde que entro el 2009 en vigor.
Me considero ateo. Pero de la mala leche que tengo ahora mismo en el cuerpo, de no serlo iba a cambiar de opinión rápidamente.

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